Cuando todo estuvo bordado, tanto la página de cada libro escogido como el mapa que la ilustraría, fuimos cosiendo una y otra formando las «hojas».
Al pensar en la encuadernación, tuvimos en cuenta la posibilidad de poder exponer las hojas por separado, por lo tanto no debían estar definitivamente unidas.
Tras darle muchas vueltas, Mercedes encontró la fórmula perfecta y se convirtió en la encuadernadora oficial. Sigue leyendo «Las Fabulosas. El libro»