De un tiempo a esta parte ha aumentado considerablemente la venta de ropa usada en los mercadillos.

Aquellos puestos de bragas y sostenes, camisetas de “simil algodón”, pantalones de marcas irreconocibles, cintas y telas varias, juguetes de plasticucho, hilos y cremalleras, botones supervariados y mezclados, … todo con etiqueta, conviven ahora con montones y casi montañas de ropa usada a 2 €, a 1 €, 3×2€, …. los precios varían según el día y el viento que sople.

En esos mercadillos compro jerseys para afieltrar y hacer las colchas, y manteles, servilletas, diferentes textiles de hogar con bordados a mano que sugieren otras vidas y que juntos pueden hacer preciosas colchas, o cortinas (Proyecto en fase proyecto)
En uno de esos una amiga, conocedora de mis gustos por los textiles con doble vida, vio un tesoro, le hizo unas fotos, me las envió y hablamos. Incluso yo misma pude regatear con el vendedor, móvil en mano. El resultado fue una montañita de antiguos colchones.

Así recuperamos telas que iban al desguace, léase hechas jirones o trapos para la limpieza en los talleres de mecánica,… porque en cuestión de limpieza, textura, o absorción, como el algodón, nada. Las telas estaban bastante rotas porque para sacarle la lana no habían reparado en hacer tajos por doquier.
Cuando hace unas semanas fuimos a recoger la montaña de colchones, los ojos se nos hacían chiribitas, imaginando los fantásticos productos que podrían salir de ahí.

También en ese momento imaginamos el proceso de limpieza e higienización que seguiría. Proceso imprescindible, pero arduo, laborioso y pesado.
De un primer lavado y secado a 90 grados con jabones especiales en una lavandería industrial, pasamos a descoserlos y observar el estado, dejando los trozos grandes y saneando los trozos medianos o más pequeños.
En este momento seguimos pensando en las preciosas bolsas de playa, las mantas de patchwork para mil picnics posibles, …
Una vez descosidos y saneados los trozos, volvimos a lavarlos a 60 grados y secarlos en secadora. Este último proceso es esencial para eliminar todas las fibras cortas que el tejido pudiera contener.
Una buena plancha y a la estantería.

Hemos conseguido una buena cantidad de telas de colchón de un estupendo algodón y en general en bastante buen estado… a no ser por los tremendos cortes que les hicieron para sacar la lana. No obstante hay superficies como de uno por dos metros de casi todos los tejidos. Además de los de rayyas, tenemos adamascados verdes, rojos, azules, lilas, amarillos, naranjas, …

Y no pudiendo resistir la tentación de experimentar con las telas nos hicimos este bolso prototipo, que nos gusta bastante. Por ahí van a ir los tiros.
Es muy grande con casi tanto fulle como parte delantera y con asas de mano muy anchas para facilitar el asirlo.
