Conocemos a Paula desde que tenía 4 años. Cuando coincidimos en la escuela, ella alumna inquieta, juguetona, trabajadora, curiosa y muy alegre, yo su maestra. Luego la hemos visto crecer. Ahora es nuestra amiga. Paula empieza una nueva etapa de su vida con un nuevo nido. Le hicimos este mapa de su zona.
Lo primero que hago es enfrentarme al mapa real: catastro, Google maps, Google earth, …
Luego cojo un trozo y lo observo dándole la vuelta, girando, poniéndolo en espejo, hago cambios de color, etc. Juego con estas imágenes en photoshop o illustrator o simplemente en vista previa, o en papel. El caso es establecer un diálogo con este trozo de mapa y observar lo que este cachito de tierra me va diciendo. Suele ser un proceso lento que requiere varios momentos. Lo hago, Se deja «cocer a fuego lento» mientras se preparan otras cosas, se retoma en los días siguientes, ….
Hasta que el trozo de mapa me dice algo, me indica como seguir y así ya «manos a la obra».
En esta ocasión, apareció el barco, un barco potente que navega firma y en él Paula tiene un camarote.
Marco las líneas que me interesan y las paso a la tela. Lo demás, realmente, es «coser y cantar».
Aquí utilicé un «sandwich» con una guata delgada (la tela superior es un lino de cortina reciclada muy suave) y se han marcado el contorno de las calles con una puntada de color beigs, o marrón, así como los caminos del jardín o el regato.
Los edificios son trocitos de tela cosidos a máquina. Resaltando algunos edificios significativos. También algunas zonas de jardines y el mar de la vida (que es un punto de fantasía que me permito siempre hacer). No hay un final establecido, conforme se cose o se borda se observan lo que falta o lo que sobra (también hay que deshacer)
Al final la pieza quedó de unos 50 x 40 cms. Esperamos que te acompañe durante muchos años y muchas casas, Paula.