
Las revueltas incesantes que tuvieron lugar en las colonias holandesas en Indonesia hacia 1800, hicieron reclutar y entrenar a mercenarios en la costa de África Occidental donde Holanda también poseía algunos puestos comerciales. Así, los hombres del reino Ashanti, ubicado en Côte-de-l’Or, la actual Ghana, fueron a luchar en Borneo y Sumatra. Regresaron hacia 1836 con maletas llenos de batiks indonesios.
Fueran estos soldados o «listillos» comerciantes, el caso es que hacia esta época el bátik javanés llegó a África. Estas telas tuvieron un gran éxito tanto con la aristocracia como con el pueblo Ashanti. El tejido batik, creado gracias al proceso de impresión indonesio (con cera), no tardaría en adquirir el mismo valor que el oro en todo el Continente.
En ese momento holandeses, belgas e ingleses empezaron a producir este tipo de tejidos en sus fábricas en el continente europeo.
En los años 60 los africanos comienzan a tener sus propias fábricas y a poner unos derechos de aduana prohibitivos hacia los tejidos europeos para favorecer la producción local. Sin embargo debido a la inestabilidad de estos paises, poco pueden hacer sin la participación de fabricantes europeos.
«African Waxprints, West Africa» by Alexander Sarlay
En la actualidad tanto en paises africanos como en los europeos, americanos u otros el tejido wax print se considera un símbolo de Africa. Tanto es usado por las mujeres africanas para sus “pagnes” tradicionales, como para la moda más actual.