Una parte importante en la planificación de un proyecto es la de nutrirme de imágenes y sensaciones que se van transformando en ideas.Además de lo anterior, me importa mucho saber lo que espera quien me hace el encargo, saber para quién es, cómo es o son esas personas qué uso se le va a dar, etc.
Nuria me encargó una mantita para bebé. Una mantita especial. Primero vimos diferentes técnicas, colores y telas, dado que ha de ser firme para que soporte los numerosos lavados que sufrirá. Sigue leyendo «Mantita Solpor»→
Así le llamé a la colcha: proyecto. Incluso después de ser hecha y usada. Como puedes intuir por el I, también hay el Proyecto Báltico II: Un segundo mapa sobre el Báltico aunque en esta ocasión no es manta, sino para ser colgado
La primera vez que visité Helsinki en invierno, me impresionó el Báltico, sobre todo en el recorrido Helsinki -Tallin, el Báltico helado . Los grandísimos trozos de hielo cortados, rotos, golpeados, que se mueven cadenciosamente o están quietos, la espuma congelada, los diferentes blancos, los resplandores como si de espejos se tratara, … y el ruido al golpearse unos y otros.
Al llegar a casa busqué tejidos blancos, los junté y los fui uniendo. Me gusta usar tejidos que ya han vivio otros usos, así que aquí había telas de restos de cuadros de Noa, retales de Mercedes, camisas de amigos, etc.El resultado es una funda de edredón, una especie de colcha o de sábana que da a mis amigos un calor especial que nada tiene que ver con el frío de donde salió.
Un día una amiga dijo: Necesitouna manta amorosa y bonita para regalar a mi hija.
La manta tendría un doble uso: cubrir parte de un sofá y abrigarse acurrucados en él.
Teníamos ganas de hacer una manta de jerseys y ya había varias cajas llenas de ellos listos para ser usados, así que, este era el momento.
Desde siempre nos gusta recuperar tejidos y materiales que usamos en nuestros bolsos o mantas. Somos conscientes que el reciclaje que nosotros hacemos es más una cuestión de ideas y de filosofía de vida que de acto «efectivo» en el mundo de los desechos.
Además, las telas ya usadas han tenido su vida pasada, cuentan historias. Las mantas hechas así, con esos retazos de vidas, cobran otro sentido. Hasta podríamos pensar que dan más calor 🙂
Hay un término japonés que tiene que ver con esta manta u otros objetos que hacemos reusando tejidos: mottainai. Mottainai es la pena por el uso inapropiado de algo útil, la pena por tirar algo que aún podría servir. Mottainai se refiere también al despilfarro, al desperdicio del talento, del tiempo, a malgastar potenciales. Nos encanta el trabajo de Crispina Ffrench a la que seguimos y leemos. Tanto en factura de nuevas prendas de vestir, como de mantas.
Proceso:
Tras avisar a nuestros amigos de aportarnos los jerseys antes de tirarlos, los recogimos y lavamos por colores a 90º, usamos un ciclo corto de lavado, una hora aproximadamente. Usamos jabón de Marsella líquido.
Algunos se afieltraron, otros solo un poco y bastantes, casi nada. Eso depende de la proporción de lana que haya en el tejido. Para conseguir un buen afieltrado debe tener como mínimo un 70%.
Fibras entrelazadas. No se deshaceFibras sueltas. Se deshace
Abrimos los jerseys por las costuras para obtener piezas lo más grandes posibles y cortamos los cuadrados o rectángulos según las medidas apropiadas para nuestras mantas.
Los restos quedan guardados para otros usos.
Al coser a máquina la tela elástica (y en este caso tiene una cierta elasticidad) hay que tener cuidado de hacer la presión justa para coger ambas telas al tiempo y no estirar para evitar “las bocas”
Tras probar varios sistemas, nos decidimos por usar la overlocker con cuatro hilos y la puntada más ancha. Hubo que reducir la presión de la patilla al máximo.
Luego colocamos los cuadros sobre una superficie para observar y ajustar la mezcla e colores y texturas y marcamos con etiquetas. Cosimos con un zig zag estrecho primero los cuadrados de cada tira y posteriormente una tira y la siguiente.
Se finalizó la manta poniendo por el envés un tejido de punto (tipo chandal) afranelado por una cara. Dimos unos pespuntes de unión en diagonal para fortalecer la manta.
Finalmente el biés, lavar y planchar.
La manta está envuelta en un sencillo furoshiki hecho con un cuadrante de tela wax africana.¡A disfrutarla!
Nos gusta trabajar con tejidos que tienen un significado especial para quien los va a usar.Cuando miramos un patchwork y recordamos la vida que ha tenido tal o cual trozo, la manta cobra otro sentido, un gran valor.
¡Qué gusto poder dormir tan plácidamente como Andresito!
Estas dos colchitas volaron para Argentina con Elisa.
Esta mantita la diseñamos con ayuda de Geni para el primer nieto de nuestro amigo Pedro.
Baby quilts, mantitas para cuna.
La palabra colcha parece que tiene más una idea de encima, mostrar, ver, la palabra manta nos sugiere calor, la palabra alfombra nos indica pisar, sentar, jugar encima. Tres palabras, no sabemos con cual quedarnos. Queremos que nuestras mantitas/colchas/alfombras sirvan para los tres usos y que sobre todo sean una pieza amorosa para que disfrute el bebé y para disfrutar de él.
Usamos piezas cuadradas o rectangulares para nuestros sencillos patchworks. La cara exterior es fundamentalmente de telas Gutermann de la colección Ring a Roses, como nuestros pinafore, aunque a veces incluimos algunas piezas de algodón de un color que contraste. Los patrones del patchwork son muy sencillos cuadrados unidos en el vértice o como ladrillos, o tiras de cuadrados y tiras de rectángulos alternando. Por detrás colocamos una tela de un solo color, pero siempre incluimos una tira o algún detalle de los tejidos del delantero. En el interior una simple guata de forro polar será suficiente para una suave y cálida sensación. En los bordes un delgado biés de contraste.
Las medidas varían entre los 90 cms y los 120 cms de lado dependiendo del patrón escogido.
Mara duerme tranquila arropada por nuestra mantita.