Un día una amiga dijo: Necesito una manta amorosa y bonita para regalar a mi hija.
La manta tendría un doble uso: cubrir parte de un sofá y abrigarse acurrucados en él.
Teníamos ganas de hacer una manta de jerseys y ya había varias cajas llenas de ellos listos para ser usados, así que, este era el momento.
Desde siempre nos gusta recuperar tejidos y materiales que usamos en nuestros bolsos o mantas. Somos conscientes que el reciclaje que nosotros hacemos es más una cuestión de ideas y de filosofía de vida que de acto «efectivo» en el mundo de los desechos.
Además, las telas ya usadas han tenido su vida pasada, cuentan historias. Las mantas hechas así, con esos retazos de vidas, cobran otro sentido. Hasta podríamos pensar que dan más calor 🙂
Hay un término japonés que tiene que ver con esta manta u otros objetos que hacemos reusando tejidos: mottainai. Mottainai es la pena por el uso inapropiado de algo útil, la pena por tirar algo que aún podría servir. Mottainai se refiere también al despilfarro, al desperdicio del talento, del tiempo, a malgastar potenciales.
Nos encanta el trabajo de Crispina Ffrench a la que seguimos y leemos. Tanto en factura de nuevas prendas de vestir, como de mantas.
Proceso:
Tras avisar a nuestros amigos de aportarnos los jerseys antes de tirarlos, los recogimos y lavamos por colores a 90º, usamos un ciclo corto de lavado, una hora aproximadamente. Usamos jabón de Marsella líquido.
Algunos se afieltraron, otros solo un poco y bastantes, casi nada. Eso depende de la proporción de lana que haya en el tejido. Para conseguir un buen afieltrado debe tener como mínimo un 70%.


Abrimos los jerseys por las costuras para obtener piezas lo más grandes posibles y cortamos los cuadrados o rectángulos según las medidas apropiadas para nuestras mantas.

Al coser a máquina la tela elástica (y en este caso tiene una cierta elasticidad) hay que tener cuidado de hacer la presión justa para coger ambas telas al tiempo y no estirar para evitar “las bocas”
Tras probar varios sistemas, nos decidimos por usar la overlocker con cuatro hilos y la puntada más ancha. Hubo que reducir la presión de la patilla al máximo.
Luego colocamos los cuadros sobre una superficie para observar y ajustar la mezcla e colores y texturas y marcamos con etiquetas. Cosimos con un zig zag estrecho primero los cuadrados de cada tira y posteriormente una tira y la siguiente.
Se finalizó la manta poniendo por el envés un tejido de punto (tipo chandal) afranelado por una cara. Dimos unos pespuntes de unión en diagonal para fortalecer la manta.
Finalmente el biés, lavar y planchar.


Me parece preciosa!!!!
y muy calentita!!
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Gracias…. que les abrigue!
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